Entre los siglos VI y IX, un misterioso y temido pueblo se asentó en las llanuras del Danubio medio, fundando un poderoso estado que desafió al Imperio Bizantino, saqueó ciudades y jugó un papel decisivo en el equilibrio político de la Europa temprana: el Kanato Ávaro.
🐎 ¿Quiénes eran los ávaros?
Los ávaros fueron un pueblo de origen turco-mongol o túrquico, probablemente emparentado con los heftalíes (hunos blancos) o descendiente de pueblos esteparios desplazados por la expansión de los gokturcos en Asia Central. Su origen exacto sigue siendo debatido.
A mediados del siglo VI cruzaron el Cáucaso y llegaron a las estepas del norte del mar Negro, donde comenzaron a someter a pueblos eslavos y germánicos. Pronto negociaron (y amenazaron) al Imperio Bizantino, que les permitió establecerse más allá del Danubio, en la Panonia (hoy Hungría).
Allí fundaron su Kanato: un Estado nómada, centralizado y militarista, gobernado por un kagán (kan supremo), que dominó buena parte de Europa Central durante casi tres siglos.
🏛️ Bizancio y los ávaros
El Imperio Bizantino fue tanto su enemigo como su fuente de botín. Durante el reinado del emperador Mauricio y otros, se sucedieron campañas militares, alianzas inestables y sobornos.
Uno de los momentos culminantes fue el asedio conjunto de Constantinopla en el año 626, cuando ávaros y persas sásanidas intentaron tomar la capital imperial. Fracasaron, pero el ataque dejó claro el peligro que representaban.
🧩 Estructura y sociedad
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El Kanato estaba encabezado por el kagán, y bajo él gobernaban jefes tribales subordinados.
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El poder se mantenía por la movilidad militar y el terror estratégico: saqueos, esclavitud, y presión constante sobre los pueblos vecinos.
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Los ávaros absorbieron o esclavizaron a muchos eslavos, que luego les sirvieron como agricultores y soldados auxiliares.
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Desarrollaron una mezcla cultural que incluía elementos túrquicos, eslavos y germánicos.
💀 Decadencia y desaparición
En el siglo VIII, el ascenso de los francos y la presión de los búlgaros por el este debilitó gravemente al Kanato. Finalmente, Carlomagno lanzó una serie de campañas entre 791 y 803 que culminaron en el colapso del poder ávaro.
Los francos tomaron el tesoro del kagán (¡se dice que eran más de 100 carros cargados de oro!) y los ávaros desaparecieron como fuerza organizada. Sus restos fueron absorbidos por los eslavos, los húngaros (que llegarían un siglo después), y el Imperio carolingio.
🏺 Legado arqueológico
Hoy sabemos mucho más sobre ellos gracias a excavaciones en Hungría, Eslovaquia y Serbia. Se han hallado entierros de élite con arneses de caballo, armas ornamentadas, y joyas de oro, reflejo de una cultura guerrera y nómada de alta jerarquía.
🐉 Curiosidad final
En muchas crónicas cristianas, los ávaros aparecen con un aura casi demoníaca, como los herederos espirituales de los hunos. Su nombre sembraba miedo, y su sombra sobre Europa fue tan grande que el término “ávaro” llegó a confundirse con “bárbaro” en algunas lenguas eslavas.
Una historia de oro, estepas y espadas que recuerda cuán frágil y cambiante fue Europa en la Edad Media temprana.
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