martes, 12 de junio de 2012

Cruzadas. Segunda parte.


          Hola! ¿Se ha digerido ya la primera parte? ¡Bien! Vamos a la segunda.

          Como ya comenté por encima anteriormente, la Primera Cruzada sorprendió tanto a los "infieles" como a católicos y ortodoxos. A católicos debido a la inmensidad de gente que "se apuntó" a la aventura. Es preferible tener 20mil guerreros disciplinados y entrenados que una chusma de 100mil almas avanzando sin orden ni control por medio continente europeo. A ortodoxos (véase Imperio Bizantino), que habían pedido ayuda simplemente para mantener a los enemigos a raya, se les vino encima tal marea de gente que hubieron deseado no haber pedido dicha ayuda. Y a musulmanes pues qué vamos a decir que no se sepa, lo que se les vino no fue un ejército, fue una verdadera invasión/colonización a la fuerza.
Véase que el territorio en rosa es el ganado por los bizantinos con la llegada de los cruzados.

           Aunque no venga mucho a cuento, me acabo de acordar. Quiero dejar claro que las Cruzadas en sí mismas, no eran sólo a liberar los Santos Lugares en Tierra Santa. La lucha contra el infiel, declarada por el Papa, ya era considerada cruzada. Así, por ejemplo, la Reconquista de España contra los musulmanes fue una Cruzada donde participaron numerosas órdenes de caballería. Dicho esto, prosigamos.

            Tras arrasar y tomar el control de casi toda Tierra Santa, incluida la tan deseada Jerusalén la gente se busca su sitio bien sea quedándose en las ciudades conquistadas o volviéndose a su país de origen. Como pasa con todo, al principio con desorden y luego ya estableciendo el control a lo largo del territorio, se crean unos pequeños "países" o principados.
Jerusalén

             Pero a pesar de que la cosa no iba mal, había mucho comercio próspero gracias a genoveses y venecianos principalmente y los cristianos ya podían ir a Tierra Santa sin el peligro que había antes, pronto se darían cuenta que lo difícil no es llegar sino establecerse y mantenerse firmes y seguros frente a un enemigo paciente, que les rodea por todos lados y con cientos de veces más efectivos. Así es, exceptuando a los débiles bizantinos al norte, todo el territorio que rodeaba a los Estados Cruzados era territorio hostil.
Estados Cruzados en 1135

              En efecto, unos 70 años después de la Primera Cruzada (1169) un general que nos sonará a todos, Saladino, tomaría el poder de Egipto y conseguiría reunir todo el poder para atacar a los cristianos. Los derrotaría en 1187 en la muy sonada Batalla de los Cuernos de Hattin tras un estrepitoso fracaso táctico-militar por parte de los generales ineptos cristianos.

             Caído el grueso del ejército cristiano y caída Jerusalén poco después, todas las demás plazas cristianas irían cayendo como fichas de dominó excepto unas pocas muy fortificadas y/o costeras. Seguro que nos suenan algunas: Tiro, Trípoli y Antioquía.
Estados Cruzados en 1200

Ricardo Corazón de León
             La Tercera Cruzada, encabezada por entre otros por el famoso Ricardo Corazón de León, tenía en principio el objetivo de recuperar Tierra Santa, sobretodo Jerusalén. Tras la toma de Chipre y salir victoriosos de una dura batalla contra Saladino, los jefes cristianos no piden Jerusalén. Inteligentemente lo que exigen es libre paso de cristianos a sus lugares de culto aunque sea en territorio musulmán. Confiaban en que esto en el futuro aglutinaría sin sospechas un gran número de cristianos en las ciudades que quedaban para más adelante poder atacar con fuerza a los musulmanes.

             Posteriormente hubieron hasta un total de 4 cruzadas ("grandes") más a Tierra Santa con objetivos y resultados dispares. Unas no iban directamente a por Tierra Santa, sino a atacar a Egipto. Otras antes de llegar se debilitaban y desaparecían sin más y hay una bastante curiosa (la Sexta Cruzada) donde el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II consiguió sin cruzar espada alguna, mediante negociación, que los musulmanes cediesen Jerusalén a manos cristianas durante 10 años. Pasado este tiempo, la ciudad cayó casi inmediatamente.

             Las ciudades cristianas que quedaban consiguieron aguantar unas décadas más debido a la aparición en el tablero de juego de los mongoles. Vinieron como auténticas hordas de decenas de miles de hombres y su intención era quedarse y quienes se lo iban a impedir eran los musulmanes. Con un enemigo en común, francos y mongoles no tardaron en aliarse contra Egipto y los mantuvieron durante mucho tiempo a raya. Pero fueron los cristianos los que cavaron su propia tumba ya que vieron que los mongoles habían obtenido mucho poder, rompieron la alianza, dejaron incluso a los egipcios pasar por su territorio para luchar al mongol y los egipcios ganaron.

             Tras quitarse de en medio a los mongoles y bajo el general del temible y sanguinario Baybars (famoso por sus engaños y masacre de inocentes con las caídas de las ciudades enemigas) las pequeñas migajas cristianas no tardarían en caer. La última ciudad en manos cristianas en Tierra Santa sería Acre y caería en 1291.

San Juan de Acre
              El por qué de la caída de estos últimos reductos cristianos no es simplemente debido a la enorme fuerza y obstinación de los egipcios. Estas ciudades estaban muy bien fortificadas y eran fácilmente propensas a obtener socorro del mundo cristiano debido a su acceso al mar y a la clara superioridad naval de los cristianos sobre los musulmanes. La caída se debe a que, como suele pasar con la mayoría de cosas en la vida, todo tiene un principio, algidez y decadencia o final. El final sucede debido a la cada vez menos atención prestada por parte del mundo cristiano a los Estados Cruzados y la pérdida de interés por el sino de éstos. Esto conlleva menos dinero que se aportaba por medio de impuestos, menos reyes y príncipes dispuestos a emprender peligrosas empresas y en definitiva menos cristianos que fuesen a Tierra Santa ya sea a luchar o a establecerse allí.

                Además, poco a poco se está entrando en una época (siglo XIII) en Europa donde se empiezan a formar grandes reinos, hay numerosas expansiones comerciales, avances militares y la navegación en busca de costas y territorios desconocidos no tardaría mucho en empezar a dar sus frutos cambiando completamente de lugar el punto de mira de la atención europea/cristiana.

               He preferido dejar para otra entrada aparte las órdenes de caballería, militares, cruzadas y demás.

              Saludos !
           

         

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