Hola! Cuánto tiempo! La verdad que no suele ser característico en mi que pasen 2 semanas sin publicar nada pero he tenido dos buenas razones para que esta vez me haya sucedido: exámenes y Diablo.
Sí, sí, Diablo he dicho. No preocuparos, se trata solamente de un juego. Bueno más que juego, juegazo. Para quien le pueda interesar se trata de un juego para PC de rol llamado Diablo III y que engancha muchísimo. No es para niños chicos ni de edades medias, es para gente ya mayorcita.
Bueno, al tema. Hoy hablaremos de un tema muy conocido (al menos de oídas) por todos. Es bastante entretenido e interesante. Las Cruzadas.
Como esto no se trata de copiar y pegar, y pretendo que sea algo ameno y que deje con ganas de que la gente siga por su cuenta profundizando, lo que haré será describir por encima quiénes eran y sus objetivos. Hubo una época que estuve muy enganchado a este tema pero ya se me han olvidado unas buenas cosas. Bueno, allá vamos.
Como siempre, hay que ponerse en situación. Estamos en Europa, a finales del siglo XI. Sabiendo como ya sabemos que es una época de hambre generalizado, guerras e intrigas políticas, donde hay muchos países "belicosos" (véase España, Francia, Normandía, Inglaterra, etc.) suceden dos hechos que hacen estallar la mecha de esta grandiosa historia. Uno de ellos es la ambición del Papa católico de la época (Urbano II) por adquirir poder y ser un peso pesado de la política europea. El otro, la llegada de un emisario bizantino pidiendo auxilio ante el avance de los turcos. El otrora grande y poderoso Imperio Bizantino hace ya tiempo que había perdido sus dominios más allá de la península de Anatolia, un poco de Bulgaria-Grecia y algunas islas del Mediterráneo. Si los turcos se hacían con Anatolia, el "granero" del Imperio, a los bizantinos les quedaban cuatro días contados.
Europa cristiana en el Siglo XI |
Europa política en el siglo XI |
Es pues, que todo este barullo de cualidades, características y acontecimientos hacen que el Papa Urbino II se proponga hacer algo que para muchos era imposible: que Europa le declare la guerra a Oriente Próximo. Es decir, a todos los territorios considerados sagrados por los cristianos.
Así pues, en el año 1095, tras haber instalado la semilla en el Concilio de Clermont, Urbano II predica ante un numeroso público conformado por clérigos en su mayoría franceses e italianos y nobles de Europa un fervoroso discurso en el que empuja a Europa a ir a la guerra contra el infiel y proteger a los hermanos cristianos del Imperio Bizantino. Tuvo que salirle muy bien, puesto que ya ese mismo día muchos de los presentes se ofrecieron a tomar la cruz y a marchar a Tierra Santa.
Urbano II en el Concilio de Clermont |
Con la ayuda de los clérigos europeos, que fuesen al país que fuesen iban ya sembrado la semilla del odio al infiel y de la "toma de la Cruz" en nombre de Dios, Urbano II dio una "gira" por los grandes países de Europa en busca de apoyo y tropas. No sólo le dieron apoyo y tropas, sino que los países recibieron con entusiasmo esta propuesta de guerra contra el infiel y encendieron la llama de la exaltación en el populacho.
Urbano II |
Siendo Francia el núcleo de esta Primera Cruzada al ser quien más tropas envió, a esta ingente cantidad de tropas y exaltados franceses se les unieron alemanes (Sacro Imperio) italianos, holandeses, normandos, suizos, polacos, croatas y, en definitiva, gente de toda Europa, lo que hizo que fuese una gran marcha destinada a "colonizar" y preservar los lugares santos del "enemigo sarraceno".
Algunos de los líderes militares de la Cruzada son: Godofredo de Bouillón, Balduino de Flandes, Roberto I de Normandía y Raimundo de Tolosa, Guillermo Embriaco, entre otros.
Godofredo de Bouillón |
Que la propuesta de ir a una guerra con resultado incierto y con un largo camino que posiblemente estará lleno de penalidades encendiese y animase a tanta gente a unirse (hasta tal punto de que se podría decir que les sobrepasó) no es sino resultado de varios factores. En una Europa en pleno medievo, la situación era como la que vivimos en la actualidad: unos pocos muy muy ricos y entre el pueblo raso una generalizada pobreza y precariedad. Además por suerte o por desgracia (ahí no me meto) estas gentes eran muy muy muy religiosos y algo cortos de miras (generalizando) debido a su escasa o nula educación. Si a esto le sumamos que la Iglesia concedía indultos de todos los pecados y la promesa de que cuando muriesen irían al cielo/paraíso pues tenemos el caldo de cultivo perfecto para conseguir el propósito de Urbano II.
Pues bien, ya no había marcha atrás, una verdadera marabunta de gente se disponía a tomar Tierra Santa a costa de dar su propia vida. Y créanme si les digo que hasta los propios bizantinos pudieron haber preferido que la llamada de auxilio no hubiese sido atendida ya que lo que se les venía encima no era una fuerza de ayuda contra los turcos, era una verdadera invasión de toda Europa Oriental, con lo que ello conllevaba: pérdida de papel principal y pérdida de influencia debido a la catolización de las regiones típicamente ortodoxas.
Tras una larga marcha donde muchos murieron y muchos otros se dieron la vuelta y se volvieron para casa, la Cruzada pasó por Constantinopla, barrió buena parte de Anatolia y arrasó todo Oriente próximo hasta el Sinaí. Las causas de que no fuese "tan difícil" son que los sarracenos estuvieron desprevenidos, seguramente se mostraban escépticos de las noticias de que Europa entera se disponía a conquistarles y que Tierra Santa se hallaba dividida en califatos, reinos y dinastías varias que se guerreaban unos con otros y no se unieron todos a una para rechazar la ola de cruzados fanáticos.
Ruta de los Cruzados |
Para no pasar de curioso a aburrido por la extensión del tema, dejaremos por hoy esto. Lo haré a modo de "partes". Hoy ha tocado la primera parte: creación de la Primera Cruzada. Próximamente se hablará de la estabilización de esta Primera Cruzada así como de las demás Cruzadas que hubieron, así como el final del sueño cristiano en Tierra Santa y de las famosas órdenes militares (Templarios y Hospitalarios).
Saludos!
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