domingo, 6 de noviembre de 2011

Holanda y los tulipanes

         Buenas! Sí, esta vez se trata de algo más conocido no? A todos nos suena que a los holandeses les llaman los tulipanes y que es porque hubo una época en que se volvieron locos por ellos y hubo una "burbuja" aunque algunos no sepan muy bien que significa y mucha gente perdió muchísimo dinero.

          En mi caso sabía algún dato más pero aún así era algo de forma muy vaga por lo que pienso que vendrá bien saber un poco más sobre esto. Por tanto, veremos qué es eso de la crisis de los tulipanes, la burbuja de los tulipanes, tulipomanía o como queramos llamarlo. Para ir empezando, imaginaros un mundo en el que en vez de el oro lo más valorado fuese una planta (el tulipán) llegando a cotizar en bolsa y a tener incluso mercado de futuros. ¿De locos verdad?

          Hemos de saber que los tulipanes no son originarios de Holanda, ni siquiera de Europa. Aunque como ahora hasta Israel es Europa (por algo juega la Eurocopa, bueno por eso y porque no va a jugar con los países de alrededor por razones obvias) diremos que no eran originarias de Europa occidental. Provienen de Turquía, donde desde hacía siglos eran muy apreciados y asociados a la realeza y demás altas esferas.

          Estamos en el siglo XVI (1544 exactamente) y el embajador de austria en Turquía, el cual es un floricultor apasionado, a su regreso a Viena, decide llevarse unos bulbos ("semillas) de dichos tulipanes consigo. Por tanto he aquí algo interesante, no fueron directamente de Turquía a Holanda, primero pararon por Austria. Posteriormente,en 1593, el famoso botánico Carolus Clusius decide aceptar un puesto de profesor de botánica en Holanda, llevándose consigo una colección de bulbos de dichas flores. Se hicieron muy famosas por la novedad y su belleza y Clusius, reticente, guardaba y vigilaba todos y cada uno de sus bulbos con mucho cuidado. No valió de nada, se los robaron y así comenzó la expansión de los tulipanes por Holanda.
Carolus Clusius

          Ahora empiezan la unión de factores que hicieron que un mero interés por una flor bonita pasase a obsesión:
                   - La tierra de Holanda, ganada al mar, era (y me imagino que es) buena para el cultivo del tulipán.

                   - Una mutación hizo que el color de los tulipanes fuera impredecible, aumentando aún más el valor de los bulbos, ya que no sabes con qué colores te va a sorprender. Las variedades más raras eran bautizadas con nombres de personajes ilustres y almirantes de prestigio.

                    - La Holanda del siglo XVII ya iba en camino de convertirse en una potencia en primera regla, y ya gozaba de una prosperidad envidiable por muchas potencias coetáneas.

                    - Hay que esperar siete años para obtener un tulipán desde el momento en que se planta la semilla. Y mientras los bulbos pueden producir dos o tres clones anualmente, el bulbo madre solo dura unos pocos años.
         
          Como vemos, había interés en los tulipanes, estos eran impredecibles en colores y demás por lo que aumentaban su posible valor, la gente tenía dinero y debido a la lentitud de madurez del tulipán la demanda superaba a la producción. Suficiente para que se cree la burbuja.

          En efecto, durante las primeras décadas del siglo XVII (1600,1610,1620,1630) el precio de los tulipanes no paró de aumentar llegando a valores exorbitantes. Valores que, como ahora veremos, cualquiera en su sano juicio se daría cuenta que están infladísimos. Pero no podemos echarles la culpa, lo mismo nos ha pasado a los españoles con la vivienda. Hasta que no te estalla la burbuja no te das cuenta de que la tienes a punto de pincharse.

          Lo dicho, algunos datos (sacados de Wikipedia, estos sí) para dimensionar el despilfarro cometido por los tulipanes, perdón, los holandeses. (Sí, malísimo)

         Se conservan registros de ventas absurdas: lujosas mansiones a cambio de un sólo bulbo, o flores vendidas a cambio del salario de quince años de un artesano bien pagado. En 1623 un sólo bulbo podía llegar a valer 1.000 florines neerlandeses: una persona normal en Holanda tenía unos ingresos medios anuales de 150 florines. Durante la década de 1630 parecía que el precio de los bulbos crecía ilimitadamente y todo el país invirtió cuanto tenía en el comercio especulativo de tulipanes. Los beneficios llegaron al 500%.

          En 1635 se vendieron 40 bulbos por 100.000 florines. A efectos de comparación, una tonelada de mantequilla costaba 100 florines, y ocho cerdos 240 florines. Un bulbo de tulipán llegó a ser vendido por el precio equivalente a 24 toneladas de trigo. El récord de venta lo batió el Semper Augustus: 6.000 florines por un sólo bulbo, en Haarlem.

          En 1636 se declaró una epidemia de peste bubónica que diezmó a la población holandesa. La falta de mano de obra multiplicó aún más los precios, y se generó un irresistible mercado alcista. Tal fue la fiebre, que se creó un mercado de futuros, a partir de bulbos aún no recolectados. Ese fenómeno fue conocido como windhandel, "negocio de aire", y se popularizó sobre todo en las tabernas de las pequeñas ciudades, a pesar de que un edicto estatal de 1610 había prohibido el negocio por las dificultades de ejecución contractual que generaba. Pese a la prohibición, los negocios de este tipo continuaron entre particulares. Los compradores se endeudaban y se hipotecaban para adquirir las flores, y llegó un momento en que ya no se intercambiaban bulbos sino que se efectuaba una auténtica especulación financiera mediante notas de crédito. Se publicaron extensos y bellos catálogos de ventas, y los tulipanes entraron en la bolsa de valores. Todas las clases sociales, desde la alta burguesía hasta los artesanos, se vieron implicados en el fenómeno.

         Charles Mackay cuenta una historia de la época:

          "Un rico mercader había pagado 3.000 florines por un raro tulipán Semper Augustus, y éste desapareció de su depósito. Tras buscarlo vio a un marinero (que había confundido el bulbo con una cebolla) comiéndose el tulipán. El marinero fue detenido de inmediato y condenado a seis meses de prisión."

          Lo dicho, estos últimos párrafos son de Wikipedia. Pero eso no es lo que importa, ya que es una gran fuente de información, lo importante es darnos cuenta de cómo 40 semillas de tulipán valían el equivalente a ¡mil toneladas de mantequilla! Impresionante, que la gente venda su casa o ceda su salario de varios años por unas flores es algo que no me cabe en la cabeza.

          Como vemos, la dichosa burbuja estaba durando bastante, llevaba ya unas décadas. Pero todo tiene su fin, y aunque me parece un poco hollywoodiense el final, es el único que encuentro por más que busque. Es el siguiente:

          En 1637, el 5 de febrero, un lote de 99 tulipanes de gran rareza se vendió por 90.000 florines. Es considerada la última gran venta de tulipanes. Al día siguiente (esto es lo que me extraña un poco, aunque como no estuve allí...) se puso a la venta un lote de medio kilo por 1.250 florines sin encontrarse comprador. Podéis imaginaros el caos que siguió a dicho hecho. Que no se lograse vender medio kilo (una pasada) por la irrisoria cifra - comparado con lo que hemos visto - de 1250 florines significaba que el rico que había cambiado una mansión por 20 semillas raras, que el pobre que había dado todo lo que tenía por dos bulbos y en definitiva que todo aquel que había apostado todo en bulbos y flores se diese cuenta que lo que tenía bajaba de precio drásticamente día a día y que terminaría por valer 0 comparado con sus precios anteriores.

          Esto, lógicamente, crea una histeria colectiva que hace que todos quieran vender al mismo tiempo, sin haber tantos compradores (y más sabiendo que acababa de estallar la burbuja) para tantos vendedores. Así es como empieza la quiebra. Hoy en día también. Hoy en día un simple rumor malicioso, hecho con la suficiente fuerza, hacia una entidad financiera puede provocar una desbandada de inversores tal que la entidad no pueda satisfacer las órdenes de venta y proceda a impagos. Pero ese es otro tema.

          Así pues, vemos cómo muchísima gente de todos los estratos sociales se ha quedado únicamente con unas pocas plantas y semillas como patrimonio. Esto sumió al país en una crisis bastante dura y se dice a modo general que en ese punto la economía de Holanda quebró.
Campos de cultivo de tulipanes en Holanda en la actualidad

         A pesar de tomárnoslo como una historia interesante y tal hay que saber que fue una crisis como Dios manda y es objeto de estudio en toda buena carrera de economía que se precie.

         Muy interesante! Ya sabéis, cuidado con las sobrevaloraciones!

          Saludos!

2 comentarios:

  1. ME ENCANTAAAAAAAAAAAAA, ADMIRADORA NUMERO 111111111 DE HOLANDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...........................

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